Para poder sobrevivir y propagarse, las plagas necesitan tres condiciones que es necesario tener en cuenta a la hora de plantear un control eficaz: alimento, agua y refugio.

Si se controlan uno o más de estos factores, es posible que la plaga sufra “estrés” y que se vea forzada a desplazarse o desaparecer. En ocasiones esto resulta dificultoso debido al entorno, pero hay pautas que se pueden implementar para disuadir la propagación o presencia de los insectos.

Veamos algunas pautas:

1. Ante la sospecha de una posible infestación, llama a una empresa de control de plagas que esté oficialmente certificada para llevar a cabo inspecciones y actuaciones adaptadas a tu problema. Es importante comprobar su trayectoria: tiempo que lleva la empresa en el sector, certificados y licencias en regla, referencias en trabajos similares, seguros (de responsabilidad y de accidente), garantías que ofrece y personal de oficina y técnicos (experiencia, trato profesional, respuesta a las incidencias y resolución de problemas).
2. Agua y humedades: el agua es un medio que facilita la proliferación de insectos como los mosquitos y las termitas, o de microorganismos como los hongos. Por ello es importante controlar las humedades en techos y paredes, además de mantener en buen estado de mantenimiento los canalones y las bajantes.
3. Si tu vivienda o local está rodeado de árboles o arbustos: poda los árboles y aléjalos del tejado. Poda, igualmente, los arbustos o la maleza que rodea la vivienda. Asimismo, “moldea” los arbustos en la parte inferior, para permitir la circulación del aire alrededor de la vivienda o local.
4. Revisa con regularidad sótanos y/o cámaras para comprobar que no hay agua estancada. A menudo los sótanos se sitúan por debajo del terreno que rodea la vivienda o el local, creando un desnivel por el que se desliza el agua. Comprueba y mantén en buen estado los sistemas de drenaje o evacuación.
5. La ventilación es fundamental. Si tienes un sótano, asegúrate de mantener en buen estado los conductos de ventilación o respiraderos para evitar la acumulación de humedad. Si los suelos de la vivienda tienen mucha humedad, instala una capa de plástico como primera capa, para prevenir la humedad.
6. Evita acumulación de madera, material de construcción u otros objetos en el suelo. Éstos proporcionarán alimento a insectos que destruyen o alteran la madera, además de absorber agua y facilitar el anidamiento de plagas.
7. Evita el estancamiento de agua en recipientes, cajas o contenedores que no estén siendo empleados.
8. Mantén cerrados los contenedores de basura y colócalos a algunos metros de distancia de la vivienda o del local. La basura deberá ser recogida diariamente, tanto en la vivienda o local, como en los contenedores exteriores.
9. Elimina restos de comida: mantener la cocina y el comedor sin restos de comida debe ser una tarea cotidiana. A veces tenemos la tentación de dejar el plato con restos de comida en el fregadero o en el lavavajillas, dejamos migas de pan en la panera o metemos al horno o al microondas algún plato que ingeriremos más adelante. Es importante tener en cuenta que todos esos hábitos pueden funcionar como verdaderos “cebos” para las plagas. Para evitarlo, guardaremos la comida en envases cerrados en el refrigerador, armarios o estanterías.
10. La comida de las mascotas es, igualmente, un reclamo para cualquier insecto que busque alimentarse. Enseñar a las mascotas a comer a determinadas horas y mantener la comida guardada y protegida durante el resto del día, es una pauta ineludible si queremos evitar las plagas.

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